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Boves a su paso por San Joaquín. Narración Histórica ficticia (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

Todo lo que sucede tiene su motivo de ser y para ser, en
esta oportunidad, este trabajo tiene su motivo, siendo su origen
la lectura de textos de historias, en los cuales se refleja el
comportamiento de personas, civilizaciones completas etc.…
y particularmente, aquí en nuestra patria, el
comportamiento de líderes militares patriotas y realistas
que de una u otra forma han llenado de glorias las paginas de la
historia, fortaleciendo así, el conocimiento de quienes
somos, y como hemos logrado una patria grande, noble y
soberana.

Cuando se recorre el pueblo de San Joaquín, nos
podemos dar cuenta que son escasos los vestigios, que aun
permanecen de la comarca colonial, y al tropezarnos con lo poco
que queda se activa la imaginación de cómo pudo
haber sido ese bucólico pueblo de antaño y cuantas
cosas sucedieron en sus solariegas casonas, a decir verdad esos
vestigios fueron los que me catapultaron a escribir tal
narración histórica.

El presente trabajo, siendo una ficción
histórica, no deja de requerir la indagación
bibliografía, razón por la cual hubo necesidad de
consultar algunas notas históricas, a fin de fortalecer y
tratar de darle mas realismo a muchos pasajes presentados. La
historia siendo una fuente inagotable de recursos, me
obligó a recurrir a ella, porque es el manantial de hechos
ocurridos en el pasado.

Dentro del objetivo especifico perseguido con la
presente obra, es incentivar, a todas aquellas persona, con
grandes potenciales para escribir algo y no se han atrevido
hacerlo, que acudan a la historia a fin de que puedan soltar las
riendas de su intelecto creativo, su ficción o su
investigación, particularmente en nuestro pueblo que a
pesar de que tiene mucha historia, carece de mucha
bibliografía al respecto, y con estas obras se esta
incentivando a esas generaciones presentes y futuras así
como ir nutriendo el acervo cultural de San
Joaquín.

El objetivo general, es lograr que todos los amantes de
la lectura, tengan a la mano algo más que leer y conocer
en ciertas medidas algunos pasajes reales de nuestras
efemérides.

Es lógico pensar, que toda narración cuya
naturaleza es la ficción, presenta sus dificultades,
porque se debe tener una clara y amplia imaginación, crear
una película en la mente de lo que se quiere y desea
escribir todo esto aunado a sólidos conocimiento de la
historia patria o universal, en este caso especifico nuestra
historia, lograr conjugar y conformar un binomio,
imaginación – hechos y plasmar sobre el papel el producto
de esos dos factores, mente y lo acontecido, con esto llegar a
feliz termino de lo que nos hemos propuesto.

El presente trabajo buscando la facilidad y coherencia
de su lectura entre los temas presentados, se ha estructurado de
la siguiente manera: El prologo, Introducción, Ocho
capítulos, Palabras finales del autor y un
Apéndice.

Este relato, producto de la versatilidad de la mente me
ha obligado a retroceder en el tiempo ciento ochenta y cuatro
años e instalarme en el sitio de los acontecimientos,
siendo propicia la oportunidad, he seleccionado a mi pueblo, hoy
día Municipio Autónomo de San Joaquín, para
narrar las mas crueles fechorías que las hordas de Boves
bajo su conducción y su mirada complaciente, en junio del
año de 1814, cometieron a el paso por este antiguo y
desolado caserío.

El autor

Coronel (Av.) ® Juan Enrique Laurentin
Rojas

"…El hombre es naturalmente bueno pero la
sociedad corrompe esta bondad y que por lo tanto es necesario
volver a la virtud primitiva…"

Juan Jacobo Rousseau.

Su obra el Gran Emilio

C A P I T U L O I

Acontecimientos…1812

"…Pero el enemigo… formidable por sus
numerosos secuaces, por la atrocidad de los hechos, nublaba el
horizonte, con sus huestes desenfrenadas. Boves seguido por un
enjambre de ladrones y asesinos después de haber
desvastados desde las márgenes del Orinoco, hasta la
cercanía de los Valles de Aragua, amenazaba a Valencia y a
Caracas. En esa marcha destruyo todas las poblaciones por donde
pasó e hizo matar a todos sus
habitantes…"

General Daniel Florencio O´Leary

Sus memorias 1813.

Corría el año de 1812, las hostilidades
entre los bandos o ejércitos patriotas y realistas se
había exacerbado, llegando al extremo de tal manera, que
muchas amistades se habían roto por defender la causa
independentista, otras por estar de acuerdo y defender a
ultranzas y sentirse subordinado a la Real Corona
Española, su Majestad el Rey, mientras esto
acontecía en el espíritu de los habitantes del
territorio, particularmente aquí en San Joaquín, en
otros sitios geográficos, se conformaban grupos de
montoneras, hombres con grandes ansias de aventuras y con un
total desconocimiento del desarrollo de los acontecimientos, lo
cual, los impulsaba a seguir al primer líder que
consideraban era el mejor o con el que iban a obtener todo lo que
habían deseado desbordando así, las pasiones
reprimidas por mucho tiempo.

Venezuela, era para esa época un caos social,
económicos y políticos, prácticamente las
finanzas de la nación estaban en cero, motivado a la
guerra, la sociedad se había disuelto a punto de
desaparecer, presenciando con horror como la célula
fundamental de la misma, se extinguía y
desaparecía, algunas veces por el desmembramiento
familiar, por motivo de la guerra, otras por criterios ajenos y
adversos entre los mismos miembros de la familia, los campos
donde se obtenía el sustento diario de las familias, ya no
producían, sus dueños habían abandonado las
tierras y sus propiedades, se había cambiado la
producción de los insumos, por el abono de la sangre,
patriotas y realistas, abonaban los campos y montañas con
su sangre, y la savia de sus cadáveres se mezclaba con la
tierra que en una época había dado de comer a
muchos hombres y mujeres. Venezuela era un campo santo,
cadáveres, cruces y recuerdos por todas partes. Las
grandes y señoriales casonas, que un día
habían albergado a familias de abolengo, sus amplias y
ventiladas salas, las cuales habían sido testigo mudo de
muchas fiestas, espectaculares bailes, con sus grandes ventanales
permitían las melodías de un minuet o pajarillo se
escaparan, eran casa tristes por su desolación, las cuales
solo servían para alojar soldados y hacer de ellas un
cuartel general, sin importar cual fuera el bando.

Venezuela estaba sumida en la tristeza mas grande desde
todo punto de vista, era un país completamente gris, el
aroma eterno de los árboles primaverales había
cedido el paso a la pestilencia de los cadáveres
descompuestos a lo largo y ancho de los caminos, nadie tenia una
idea clara lo que el destino le depararía a los habitantes
del país, los cuales arengaban a favor o en contra de la
causa a los cuales ellos consideraban la correcta y otros lo que
pensaban que el grito independentista, no pasaba mas allá
de ser algo descabellado y que podía interpretarse como
una aventura de los seudo revolucionarios de la época, el
clero, con su verbo encendido, condenaba y pedía castigo
para los culpables de la incisión con la corona, llegando
al extremo de comparar al monarca español con el ser
divino, era una deidad, enviado por Dios, todos aquellos que se
le revelaran cometían un pecado mortal, lo cual les
impediría, ni siquiera acercarse a las puertas del cielo,
a la vez fustigaban a todas aquellas personas activas o
simpatizantes que apoyaban la causa independentista.

Fue el año de 1812,en el cual los acontecimientos
empezaron a tomar auge, las acciones bélicas ya era el
preludio de lo que se avecinaba, estas fueron paulatinamente
agravándose, ya Venezuela se estaba convirtiendo en un
teatro de la guerra, en todas partes se veía y notaba la
presencia del soldado realista o el miliciano venezolano,
marcando entre ambos una gran diferencia, el soldado bajo las
ordenes del ejercito español, era portador de su
indumentaria con mucho celo e impecable presentación,
comandados por oficiales de escuela que tenían el
método para internalizar en sus subordinados, todos los
aspectos referente a disciplina y una formación militar
acorde con lo establecido, la conformación de los cuadros
militares realistas, se incluían españoles y
venezolanos, estos últimos eran hombres nacidos en esta
tierra, por lo general de padres españoles, los cuales con
orgullo y lealtad prestaban su servicio a su majestad, el Rey.
Por su parte los soldados venezolanos, que no se daban cuenta lo
que estaba sucediendo, eran indisciplinados, desordenados y uno
que otro aventureros, comandado por oficiales formados en el
fragor de los combates, los cuales tuvieron que aplicar la pena
capital, a muchos efectivos de tropas para sentar precedentes y
tratar de disciplinar estas tropas, el uniforme del soldado
criollo se limitaba a uno pantalones bombachos y algo con que
cubrirse el torso, con sombrero o algo con que taparse la cabeza
del inclemente sol, fue en la Batalla de Carabobo, donde nuestras
tropas combatieron con uniforme de regia gala, exceptuando a los
llaneros del General José Antonio Páez, los cuales
nunca abandonaron sus bombachos y sombreros. El miliciano
venezolano, durante el desarrollo y fragor de los combates era
autónomo, osado y valiente, no tenía que esperar
ordenes de sus superiores para actuar, resolviendo las
situaciones a la manera que el consideraba era la correcta, puede
decirse que esta actitud del miliciano venezolano, fue
preponderante en el triunfo de muchas batallas y por la otra
parte la derrota de muchos combates.

La razón que se atribuye a la conducta del
miliciano venezolano, se debía al tipo de hostilidad que
se estaba desarrollando, ya que la guerra no era estática
ni de posiciones, eran combates de mucho movimiento, donde el
oficial perdía el control sobre sus subordinados de igual
forma se hacía presente la lucha cuerpo a cuerpo, y el
combatiente tenía que resolver la situación cuando
eran apremiantes y no esperar una orden por parte del
superior.

Para el año de 1812, Venezuela es testigo mudo de
grandes acontecimientos que marcarían hito en la historia
republicana, Morales, Monteverde, Rosete, Antoñanzas,
Zuazola, y otros, que estaban haciendo su aparición en
diferentes partes de la republica, muchos de ellos habían
llegado al país procedentes de España por ordenes
del Rey, con un solo propósito, poner orden en la colonia
a toda costa y reducir hasta su extinción, las montoneras
que estaban siendo comandadas por los imberbes seudo
revolucionarios venezolanos, que deseaban para la posteridad una
Venezuela libre y sin ninguna dependencia de potencia alguna. Las
escaramuzas eran la orden del día, combates, batallas,
algunas con saldo rojo otras con saldo positivo, pero a la larga
habían perdidas de vida.

La guerra que se libraba era más de odio y
desesperación que independentista, así notamos que
mientras Monteverde se dirige a someter a Caracas con la
misión de reducir las tropas patriotas a su mínima
expresión por otro lado se libran escaramuzas, emboscadas
en cualquier parte del territorio nacional, citemos la derrota y
el aniquilamiento, por parte del Coronel escocés, Mc
Gregor, quien unilateralmente aplicó la pena capital a los
prisioneros de guerra a una columna realista después de
haberla derrotado, cuyo sitio para llevar a cabo las ejecuciones
fue la plaza de San Joaquín.

El año de 1812, el ambiente de miedo se
había apoderado de la nación entera, los habitantes
tenebrosos, no deseaban la presencia de la oscuridad de la noche,
el sueño placentero se había extinguido siendo
remplazado por noches de angustias y graves premoniciones, a
pesar de no saber que podía ocurrir en el futuro si se
imaginaban lo que en un momento dado, podía acontecer, al
comenzar un nuevo día, la soledad se había
apoderado de los pueblos y comarcas, los pocos habitantes solo
les quedaba el tiempo para los quehaceres rutinarios incluyendo
la oración diaria, dando rienda suelta a la
imaginación, en el atraso que se encontraba el
país, debió haber sido bien triste la vida en todo
el territorio nacional.

En San Joaquín, sus habitantes, vivían en
una constante y permanente angustia, encontrándose en una
encrucijada, por la presencia de jefes realistas o patriotas, a
los cuales había que atender colmándolo de
atenciones, en consecuencias temían que al llegar uno de
estos jefes militares fuesen a tomar represalias con los
habitantes del pueblo producto de esas atenciones, si uno de
ellos era realista temían que por parte de los patriotas
se podía interpretar, que los habitantes del pueblo
estaban en contra de la causa emancipadora y si era un patriota
las represalias por parte de los realistas no se hacía
esperar.

Uno de los mas connotados jefes realista fue el Coronel
Tomas Morales, quien en mas de una oportunidad demostró,
con su presencia, la admiración que sentía por la
comarca de San Joaquín, el cual pernoctaba en la casa
parroquial, cuya dirección estaba en manos del
Párroco José. D. Sauvens, fundador del pueblo, en
las conversaciones que el Coronel Tomas Morales mantenía
con el Prebistero, le manifestaba, que una vez terminara la
guerra, establecería su residencia en esta comunidad, ya
que le agradaba lo apacible y tranquilidad del pueblo así
como las familias que lo conformaban. Esta bondad del prelado le
trajo muchas complicaciones, algunas veces con los realistas y
otras veces con los patriotas, unos lo tildaban de pro-realistas
y otros de pro-patriotas, sin tomar en cuenta que el era un
líder espiritual y como tal no debía plegarse a
ningún bando, de igual forma como se comportaba con los
realistas así se comportaba con los patriotas, era el cura
del pueblo.

Como era y es común en las iglesias, la semana
santa es celebrada para recordar el martirio al cual fue sometido
Jesús de Nazaret, San Joaquín, donde todos sus
habitantes eran cristianos, que profesaban la religión
católica, no podía, a pesar de las calamidades y lo
convulsionado que estaba el país, dejar de conmemorar la
semana mayor, ya cercano a esta ceremonia religiosa, los
feligreses se preparaban para cumplir con tan sagrada actividad,
efectuar retiros espirituales, cumplir con las promesas
ofrecidas, guardar el ayuno y asistir a el Tedeum el viernes
santo a fin de escuchar las siete palabras por boca del
Párroco del municipio.

El calor en el pueblo era sofocante, las ramas y hojas
de los árboles dormían placidamente, como si se
tratara del sueño eterno, a este calor se sumaba el
recogimiento espiritual de sus habitantes, parecía un
pueblo fantasma el binomio calor-silencio era algo espeluznante
sobre todo en la noche o cuando estaba cayendo la tarde, los
pocos faroles que le daban luz a la población se iba
extinguiendo lentamente como si la vida se les estuviera
escapando, se vivía y se sentía la guerra, pero a
pesar de estas calamidades y limitaciones vividas, las aguas
cristalinas del río el Ereigue así como el de las
Raíces, como otros riachuelos mas, eran los encargados de
calmar en muchas personas las altas temperatura que sufría
el cuerpo humano, era una odisea aventurarse ir a esos sitios,
motivado a la situación reinante, la gente hacía
pronósticos de las lluvias que se aproximaban, otros mas
avezados, manifestaban que iba a temblar y dormían en un
chinchorro o hamaca en el corral de su casa.

El 26 de Marzo de 1812, se conmemoraba el Jueves Santo,
en la mañana se había celebrado la misa para
iniciar la liturgia correspondiente a ese día, la iglesia
permanecería abierta a fin de que aquellas personas que
deseaban hacer un retiro espiritual lo llevaran a cabo sin
ningún contratiempo, los rezos por parte de la gran
mayoría de las personas era para que cesaran las
hostilidades que se sucedían en el país.

A las cuatro de la tarde se iniciaría el lavado
de los pies, conformados los apóstoles de Cristo por
niños de la comunidad, era un rito netamente cristiano,
costumbre que se llevaba a cabo todos los años, con
niños escogidos por las catequistas del pueblo.

Se empezó a llenar el templo de las personas que
asistirían a la ceremonia, los niños habían
sido colocados en el sitio del lavatorio de los pies, el calor en
el interior del templo era insoportable, las pocas flores que
caían de las matas de caobas se mezclaban con el olor
característico de la esperma de las velas cuando se
derriten y el humo que de ellas se esparcía en el interior
del templo.

Fuera del templo un personaje típico de los
pueblos, gritaba a todo pulmón que el fin del mundo estaba
cerca, se arrodillaba al frente de la iglesia abría los
brazos hacia los lados y pedía perdón por todos los
humanos, a esto se sumo un perro callejero que empezó a
aullar y a escarbar como buscando algo en la tierra, muchas
personas se santiguaban otras se reían de las ocurrencias
del orate.

Muchas personas en el interior del templo,
presentían que algo inusitado iba a suceder,
súbitamente, comenzó un ruido aterrador que iba de
menos fuerte a mas, sin conocer la procedencia del mismo, muy
similar a un aluvión de piedras, las lámparas que
adornaban la nave central y colgaban del techo de la iglesia,
empezaron a balancearse de menos a más, parecían
péndulos sin control muchas de ellas largaron los
cristales que conformaban las lagrimas, las campanas que
habían callado por ser Jueves Santo, empezaron a sonar
desenfrenadamente, el piso se movía en diferentes
direcciones, las grandes puertas se batían como alas de
mariposas, muchas efigies y figuras que representaban a
diferentes santos, se movieron con tal fuerza que algunas se
salieron de los nichos, otras cayeron al suelo, los bancos se
desplazaban de un lado a otro sin ningún control, la cara
de los feligreses era de terror, gritos destemplados y
desgarradores por la desesperación, un numero
ínfimo de los feligreses entraron en un estado de letargo,
no se movían solo veían a el resto de las personas,
manifestación del pánico en el cual habían
caídos, varios de los asistentes a la ceremonia, queriendo
alcanzar las puertas de la iglesia, corrieron y rodaron por el
suelo siendo pisoteados por los otros, el fenómeno
natural, no cesaba, algunos recordaron lo que el orate
había dicho antes de la ceremonia, el fenómeno no
cesaba dando la impresión que cada segundo que pasaba era
mas fuerte y movía mas la tierra, el movimiento
duró un minuto y cinco segundos, lo cual parecía
una eternidad, una vez que los feligreses lograron llegar a la
plaza o alameda, las escenas eran de terror, personas casi
infartadas, otros pidiendo clemencia, se oían llantos y
gritos de pavor, algunas señoras recibían auxilio
por parte de los familiares con abanicos los aireaban, muchas
personas sufrieron desmayos, las mas beatas formaron de inmediato
grupitos para orar y pedir perdón al cielo, el
párroco, aprovecho la oportunidad para arengar y fustigar
a los feligreses culpándolos por sus múltiples
pecados, el templo, el cual se creía se iba a desplomar,
no sufrió ni siquiera una mínima grieta, si hubo
daño en las efigies, santos partidos y una de las puertas
que sufrió el desprendimiento de sus bisagras, una de las
campanas pequeñas se desprendió y sufrió una
fractura de consideración, aislados del resto del
país, se hacían conjeturas e imaginaciones de lo
que pudo haber sucedido en otros sitios, hubo señoras, que
culpaban a los revolucionarios por su osadía de
insubordinarse al su majestad El Rey, y lo que había
sucedido era castigo del cielo como advertencia a que no
siguieran en esa practica llamada independencia.

El fenómeno acaecido, era el terremoto del 26 de
Marzo de 1812, aunado a este fenómeno natural, el
Precursor Francisco de Miranda firmaba la capitulación de
Valencia, lo que trajo como consecuencias funesta para el
país, la perdida de la primera republica, hizo acto de
presencia una grave crisis social pasó el tiempo y fue
curando ese recuerdo tenebroso, al final se trato de restablecer
el vinculo con la corona, pero no existió la
continuidad.

El Libertador Simón Bolívar, quien ya era
conocido por su ímpetu para lograr la independencia, hizo
un análisis objetivo relacionado con la caída de la
primera republica, en su manifiesto de Cartagena expresaba lo
siguiente: "…La adopción del sistema federal en la
constitución, la aprobación de una
legislación acomodada a la situación,
impedía tomar las drásticas medidas necesarias para
la consolidación de la Republica, el idealismo, en la
organización del ejercito, se pretendió un
voluntariado militar que a la vez era ineficaz para una guerra
como la que se planteó, no se estableció un
ejercito unificado y organizado centralmente, las rivalidades
entre las ciudades y las provincias , a todo esto se unió
el terremoto del 26 de marzo, que fue aprovechado por la
mayoría del clero para atacar despiadamente las ideas y
acciones independentistas así como culpar a los
revolucionarios de ser los únicos culpables del terremoto,
como castigo de Dios…."

Ya en los albores del año de 1812, "…se
comienza a sentir una situación grave de vacío de
poder, específicamente en el bando criollo donde se
manifiesta las palpables divisiones, todo por la debilidad del
poder republicano el cual queda paralizado su extensión,
pero no solo el bando republicano sufría esta debilidad,
sino también el sector realista con la siguiente
división, el poder militar lo poseía Monteverde y
el poder político lo poseía el Capitán
General Mijares…"

Con la llegada del año de 1813, se agudiza la
situación en el país surgen nuevos eventos,
aparecen nuevos personaje en la geografía del país,
se tiene conocimientos que el Libertador Simón
Bolívar ha hecho su entrada con un ejercito conformado por
la gran mayoría de oficiales y soldados colombianos, desde
la Grita, sitio por el cual penetro a territorio venezolano, se
dirigió a Mérida, donde fue proclamado Libertador,
allí recibió las quejas de los merideños de
los desmanes que los españoles estaban cometiendo con los
nacionales, al llegar a la ciudad de Trujillo dicto y
firmó el polémico "Decreto de Guerra a
muerte".

Fue un año sangriento para ambos bandos, hace
acto de presencia nuevos actores y la guerra se instala en el
territorio venezolano, los cuales le darían un vuelco
dramático y trágico a la situación que se
vivía.

C A P I T U L O II

Comentarios
1814

"…Un día le presentan a Boves, en su
marcha hacia Caracas, a un anciano enfermo y descarnado,
único habitante del pueblo de donde habían huido
los demás al saber su llegada. Después de algunas
preguntas a la que el anciano respondió con dulzura y
veracidad, le mando a decapitar. Al instante salió de
entre sus filas un joven que frisaba los quince años y
postrándose de rodilla ante el caballo del bárbaro,
le dijo. "le dijo, os ruego señor, por la santísima
virgen, que perdone a este hombre que es mi padre, salvadle y
seré vuestro esclavo" Bien dijo el monstruo sonriendo al
oír las suplicas fervientes del joven. "para salvar su
vida dejaras que te corten la nariz y las orejas sin un quejido,
si, si, respondió el infeliz, os doy mi vida pero salvad
la de mi padre" el muchacho sufrió con admirable serenidad
la horrible prueba, visto lo cual, Boves mando que lo matasen
junto con el padre por ser demasiado valiente y por temer que se
convirtiera también en insurgente…"

Durante el lapso de 1812 1814, se
agotaron los recursos para restablecer la Republica, la cual
vendría a ser "La segunda Republica," el desenlace es un
nuevo restablecimiento del Poder Monárquico, en el cual
tiene una influencia decisiva el asturiano José Tomas
Boves.

Esta nueva situación de los defensores de la
emancipación, con el decreto de la guerra a muerte en la
práctica se reduce a un intento de reconstrucción
de una republica criolla, todo ello conduce a una contra
reacción de las masas populares explotadas que siguen a
una nueva generación de caudillos realistas y entre estos
el mas importante José Tomas Boves

San Joaquín, era un pueblito con olor a colonia,
la paz y tranquilidad Vivian en el, era la orden del día,
solo el ladrido de un perro podía alterar esa tranquilidad
sepulcral, las anchas y grandes paredes de las solariegas casas,
recogían y protegían en su interior, las familias
de abolengos, al comienzo de la noche solo se oía el ruido
de la vara con el mechurrio, cuando golpeaba el farol de las
calles para darle luz al pueblo y luego la altisonante voz del
sereno al dar las horas durante la noche y la madrugada,
así transcurrían las horas del pueblo, la
época de terror y los horrores de la guerra no
habían alterado las costumbres,

ya arraigadas en la comunidad, el habitual paseo
vespertino de los habitantes de la comarca por las calles y la
alameda de la misma, no habían hecho mella en estas
costumbres de la sociedad sanjoaquinera.

Algo que mantenía la dinámica del pueblo,
era la información que tenían de los sucesos que se
sucedían a diario fuera de la geografía de la
comarca, en particular el sereno era la persona que siempre
obtenía la información de primera mano y luego la
diseminaba entre los habitantes del municipio, eran un algo
exageradas, porque si una persona le comunicaba algo, el, le
inyectaba su toque personal y así la comunicaba, si la
noticias se daba, tal como el la había transmitido, pasaba
a ser un hombre creíble en lo que decía. Los
cientos de habitantes de San Joaquín, estaban pendiente de
algún forastero que atravesara o pernoctara en la
comunidad, las lluvias de preguntas no se hacían esperar,
y cobraba más importancia si el viajero venía de la
capital o de zonas donde la guerra era vivida en carne
propia.

La gran pesadilla de los sanjoaquineros, eran los
comentarios que habían llegado a oídos de muchas
personas residentes de la comunidad, relacionado con un personaje
que había hecho aparición en los llanos de Guarico
y Apure que no se sabe si es realista o es patriota, pero lo que
si se conoce era su nombre, un tal José Tomas Boves,
personaje siniestro y malo que emulaba a el desaparecido Tirano
Aguirre, se llegó a temerle tanto, que en las casas de
familia efectuaban rosarios para que ese ser nunca hiciera acto
de presencia en el pueblo.

Motivado a la falta y ausencia de medios de
comunicaciones, los comentarios y rumores con su toque de
inventiva fácilmente se apoderaban de los habitantes del
pueblo, estos comentarios se esparcían haciendo que el
ambiente que se vivía era muy pesado, mucho miedo y
terror, más aun cuando las noticias que llegaban era de la
derrota sufrida por uno de los bandos, realistas o patriotas,
cada vez que llegaban las ultimas noticias de los acontecimientos
en el resto del país, a los habitantes del pueblo se les
ponía la piel de gallina, a los viajeros se les atiborraba
de preguntas como una forma de saciar su sed de
información, las preguntas obligadas eran las de siempre,
por ejemplo:

¿Qué se dice de la guerra?

¿Qué Sabe Ud. en relación a
refuerzos que el Rey envió a exterminar a los

Patriotas?

¿Será verdad lo que comentan de un tal
Boves?

¿Bolívar y que está aquí en
Venezuela?

¿Y será verdad que Boves donde llega acaba
con la población?

¿Ud cree que Boves venga para
acá?

Estas y otras eran parte de la batería de
preguntas que los habitantes de San Joaquín, hacían
a todo aquel que ellos consideraban, que debía haber
oído algo, muchos eran incrédulos y se
resistían a creer en la magnitud y realidad de la guerra,
hacían comentarios de las noticias y se negaban a creer en
las fechorías de Boves, aceptaban que a lo mejor era malo
pero no tanto como la gente que viene de afuera comenta, si es
malo, debe ser con los que el agarra prisionero una vez que
triunfa en un combate, eran los comentarios obligados de algunas
personas en el pueblo.

Entre los comentarios con relación a Boves, era
referentes a lo poderoso de su ejercito el cual lo conformaban
negros y sambos del llano, con una alta moral y que no
conocían el miedo, los patriotas le tenían respeto
con un matiz de miedo, se hacía llamar el "taita"
permitía de igual manera que sus comandados, hicieran lo
que ellos desearan o les viniera en gana, ya que el consideraba
que ese era el mejor botín con el cual, podía
recompensar a sus soldados, el pillaje, el saqueo, las
violaciones y el ultraje.

Uno de los tantos comentarios en torno a su persona y a
la forma de conducir su ejercito era que este asturiano, estaba
llevando una guerra solitaria, a pesar de recibir ayuda de los
relistas, era su guerra personal, su interés era, su
bienestar y el bienestar de sus subalternos, porque en la medida
que el tuviera y se identificara con sus subalternos y estos le
respondieran como el quería, se sentía poderoso y
único guerrero, lo animaba un odio ilimitado por la alta
sociedad, los aristócratas fuesen venezolanos o
españoles, los mantuanos y todo aquello que le oliera a
patriota.

El ejercito Real supo interpretar casi a la
perfección las intenciones de Boves, a través de la
guerra que estaba llevando, sabían que el objetivo
fundamental que el perseguía era la destrucción y
exterminio de la aristocracia, esto trajo como consecuencias que
los realistas vieran en el un apoyo y ayuda para lograr
restablecer el hilo colonial que se había roto por culpa
de los seudo-revolucionarios, el propósito de los
realistas no era el exterminio de la aristocracia, sino restituir
la colonia a España y procurar a toda costa y regresar al
orden anterior, disciplinar a los disidente y castigarlos,
razón por la cual España se vio en la
obligación de enviar un contingente de hombre bien armados
y comandados por la elite de los oficiales españoles,
Morillo, La torre, Monteverde y otros que viviendo aquí en
el país se enrolaron a la causa real y otros a la causa
emancipadora, entre estos se pueden mencionar al Coronel Morales,
José Tomas Boves, Antoñanzas Etc..Quienes se
plegaron a la Corona Española, por la causa
independentista uno de los mas connotado hombres de nacionalidad
española se plegó abiertamente a los patriotas fue
Campo Elías, quien se juró, exterminar a los
españoles del suelo patrio y al final el se
inmolaría para que no existieran vestigios de
españoles en Venezuela, el mismo Boves al comienzo de los
movimientos independentista, fue un ferviente luchador por esa
causa y al final se plegó a la corona.

Las montoneras de José Tomas Boves, la
conformaban negros y sambos llaneros, se incluían algunos
esclavos, masa de hombres decepcionados por las múltiples
promesas no cumplidas por los grandes señores y el
maltrato e irrespeto por parte de ellos a las esposas e hijas de
los esclavos, así que vieron en el Taita, un hombre con
todas las características del líder preocupado por
sus seguidores y que sería quien solucionaría todas
sus penurias, lo mas importante a diferencia de los patriotas es
que el no obligaba a nadie que lo siguieran, porque su sola
presencia expresaba confianza y temor logrando con este binomio
que lo siguieran espontáneamente, era el carisma del cual
estaba dotado, con su forma de ser llegó a formar el
ejército mas grande que haya pisado suelo latinoamericano,
se calcula que llegó a comandar unos diez y ocho mil
hombres todos armados con lanzas y caballos, a pesar de que no
tuvo la oportunidad de salir del suelo patrio, se acepta el
símil con Alejandro Magno por sus capacidades de
estratega, con Atila por su maldad y hombre implacable, fue
marino mercante y su formación militar la adquirió
en los campos de batalla, pero con su psicología supo
conocer y entender a sus subordinados, conociendo a fondo sus
necesidades y los deseos que los impulsaban a tomar esta bandera
con José Tomas Boves.

El asturiano, como líder autocrático no
tenía un segundo desde el punto de vista operacional,
aunque con el estaba el Coronel Francisco Tomas Morales, pero
quien ordenaba todo era Boves.

Veamos lo que nos narra el Escritor Arturo Sosa en su
libro: Colonia y Emancipación de Venezuela en la pp. 36:
"…Llega el terrible año de 1814, para las armas de
la Republica se consolida la reacción realista y aparece
un nuevo caudillo, José Tomas Boves, quien durante los
años 1812, 1813, 1814. Se convertiría en
líder de una inmensa legión de hombres del pueblo,
llaneros y esclavos, con gran rencor hacia los mantuanos,
culpables en mayor o menor grado de la situación
semi-feudal en que vivían esos sectores de la
población. Boves fue un hombre que se identificó
perfectamente con los llanos y la idiosincrasia de su gente. Este
caudillo encabezó una rebelión popular que acabo
virtualmente con la segunda Republica, sus hordas llaneras
arrasaron con la Republica de los mantuanos, dedicados al
pillaje, saqueo, desolación y muerte por donde
pasaba…"

Como cambian los tiempos antes todo era paz y
tranquilidad el terror y el miedo nunca estaba presente hoy
día tenemos que vivir con el, dormir y levantarnos con el,
eran comentarios que los habitantes e San Joaquín
hacían en sus tertulias vespertinas, aparte de eso
recordaban con cierto orgullo, el hecho mas importante para el
pueblo, cuando el año de 1813, el Libertador en su marcha
triunfal hacia Caracas acampó en el poblado y
deteniéndose en algunas casa compartió con sus
habitantes y tomó agua del tinajero, eran bonitos e
inolvidables recuerdos que se veían ensombrecidos por el
manto del terror y la muerte, a la vez esta tranquilidad de los
habitantes de la población se trastocaba cuando se
recibían informaciones de las últimas
fechorías del funesto personaje, que días antes
había pasado por las armas a la gente de Villa de Cura,
Ortiz, Caguas, Turmero y había acabado con el ejercito
patriota en la Puerta, el solo hecho de su presencia asolaba los
pueblos , no era un mito era realidad.

San Joaquín, veía y sentía como se
estaba quedando sin jóvenes y hombres maduros, muchos de
ellos, simpatizando con el movimiento emancipador, de una forma
voluntaria habían ido a prestar sus servicios en el
ejercito republicano, otros se habían enrolado en el
ejercito realista, unos mas con menos suerte habían sido
obligados a engrosar las filas de cualquiera de los dos
ejércitos que había hecho presencia en el pueblo y
estaban necesitado de sangre nueva, muchos jóvenes en
conocimiento de lo que se avecinaba, habían escapado a
sitios ocultos y seguros.

Una de las bondades que ofrecía el pueblo es que
era paso obligatorio para todos los viandantes, en particular los
que iban hacia Caracas o venían de ella, con un solo
propósito, buscar un sitio seguro donde no corriera
riesgo, por la guerra que se libraba en todo el territorio
nacional, San Joaquín era un oasis atravesado por el
camino real, hoy día carretera nacional, este camino de
las mil pisadas, estaba privilegiado por la naturaleza, al
ofrecer a sus asiduos viajeros, los grandes árboles como
ceibas, samanes, cedros, y caobas, los cuales aportaban su cuota
de humanidad al brindar sus sombras al caminante, de tal manera
el viajero se sintiera cómodo y que la maravilla del
creador le extendiera una mano, pero así como brindaban
comodidad al viandante, de igual manera estos gigantescos
árboles fueron testigo mudo de la penurias y sufrimiento
de muchos clérigos y hombres del pueblo, como escarmiento
por parte de algún jefe militar amparándose en el
polémico Decreto de Guerra Muerte, era un campo santo a
todo lo largo del camino, por esta vía se desplazaron las
tropas realistas y patriotas, algunas veces huyendo de
algún acoso o en desplazamiento hacia algún lugar
para enfrentarse al enemigo.

C A P I T U L O III

San
Joaquín y sus habitantes

"…Boves se revela como una de las mas
formidables demagogias, recorría aldeas vecinas, formaba
batallones, decretaba la libertad a los esclavos, y por primera
vez en América, daba a la gente de color altos cargos en
la oficialidad, y con el fin de estimular conveniente
emulación entre sus tropas, bautizaba los diversos
batallones con el nombre de las aldeas o villas a que
pertenecían sus gentes, para servirse del regionalismo
característico de las poblaciones
venezolanas…"

San Joaquín estaba conformado por un grupo de
familias que sumaban trece, entre ese grupo de familia se pueden
mencionar algunas como: Aguirre, Conde de Tovar, Domingo Tovar,
Urraca, Zuloaga, Egusquiza, Izquierdo, Sotillo, Correa, Elizalde,
Quintana, y otras que fueron las primeras familias pobladoras de
San Joaquín dedicadas a la agricultura, en tierras cedidas
por el Conde de Tovar para que se iniciaran en las labores
agrícolas, se puede decir que estas familias fueron el
génesis del mantuanismo en el pueblo con libertos y
esclavos, como satélites a estas familias que habitaban
las grandes casonas se encontraban los peones y esclavos negros,
trabajadores de las haciendas, comerciantes pequeños, pero
existía una preocupación común que no era
patrimonio de ninguna clase social, la guerra y José Tomas
Boves, pero analizando la situación bélica que se
vivía en el país, se puede aseverar que era mas la
preocupación de los grandes señores que la de los
trabajadores y los esclavos que en su mayoría eran negros
y mulatos.

San Joaquín era parte del corazón del
país, sus habitantes no podían ser indiferentes a
lo que estaba sucediendo y no deseaban que su terruño
fuese convertido en un teatro de operaciones, por eso en los
rezos diarios pedían que todo se solucionara y que la
guerra nunca hiciera acto de presencia en el poblado. Las
tertulias obligadas en grupos de amigos, eran los acontecimientos
que se sucedían mas allá de la frontera del
caserío, era prácticamente la comidilla diaria,
para todos los sanjoaquineros y hasta el toque personal hacia
acto de presencia, pero lo mas intrigante, motivo de extrema
preocupación, era la aparición del asturiano
José Tomas Boves, quien aupaba a sus huestes u hordas con
el lema de "muerte a los godos".

Los grandes señores y terratenientes se
preocupaban por sus finanzas, las cuales se encontraban con saldo
rojo, motivado a que el tabaco, no producía el capital de
los años setenta el añil, cacao, la caña,
todo estaba paralizado como consecuencias de la
guerra.

Estos habitantes de alta alcurnia del pueblo de San
Joaquín, tenían unas características muy
particular, personas que de una u otra manera se habían
culturizado, y esto se notaba en la forma de hablar y de
expresarse, con un alto aire de arrogancia, su forma de vestir
era la típica de la persona de antaño a la usanza
de la madre patria, en las grandes fiestas se presentaban con su
paltó de levita, camisa de encajes con corbatín y
zapatos de charol, si era obligatorio usar sombrero este era de
copa alta y un bastón como accesorio, si se trataba de las
damas de la alta sociedad, con su vestido largo un armador, blusa
de seda sombrero o sombrilla, unas botas trenzadas y un peinado
alto con un tocado, toda la tela era de la mejor calidad e
importada, esta vestimenta un poco mas sobrias la usaban para
pasear en la alameda o por las calles de la población, una
vez terminado el paseo vespertino, por lo general en parejas, se
acostumbraba sentarse en la puerta de sus casas a seguir la
tertulia hasta que el sereno, anunciaba las nueve de la noche
hora tenebrosa, porque era la hora de los seres indeseables que
aterraban a la población, de inmediato la iglesia daba la
bienvenida a estos seres con toques de campanas en forma de
dobles, un repique largo y dos repiques cortos, todos los
habitantes se recogían en el sepulcral silencio de sus
mansiones, dejando como luz un farol o una lámpara de
carburo, la luz de las calles la conformaban los faroles en cada
esquina que eran encendidos por el sereno apenas hacia acto de
presencia la oscuridad y duraba encendido hasta que se apagara
por si solo, indicativo de que el combustible utilizado se
había consumido, por lo general carburo con
agua.

Los peones y esclavos vestían de una manera
diferente, un sombrero de cogollo o paja, camisa de liencillo o
una blusa blanca con un pantalón a la altura de la rodilla
tipo bermuda, algunos usaban alpargatas otros preferían
andar descalzos, la gran brecha que existía entre estas
dos clases era lo típico en todo el país, las
adolescentes hijas de los esclavos eran escogidas por la
señora de la casa, para que fuera su dama de
compañía a todas partes, de allí
surgió la expresión de "las paga peo" porque estas
damas de la sociedad descargaban sus nauseabundos gases y se lo
atribuían con unos sombrerillazos por la cabeza a la pobre
damita de compañía, por lo general sucedía
en la iglesia o en las tertulias diarias, el gran señor de
la casa consideraba que las damitas, hijas de los esclavos le
pertenecían y era frecuente las violaciones hacia ellas.
sin que nadie pudiera decir o hacer algo, porque era el amo quien
estaba llevando a cabo su aberración. Todas estas cosas
que sucedían a diario, eran comentadas por los peones y
esclavos y en su yo intimo preferían luchar al lado de los
realistas que con los señoriítos de la alta
sociedad, a lo largo de la historia nos damos cuenta lo que
costó convencer a esta clase para que se plegara a la
gesta emancipadora, esa brecha entre ambas clases fue el caldo de
cultivo para que caudillos que surgieron de la nada, como Boves,
se les facilitara engrosar las filas del ejercito realista y
conformar un ejercito particular, llenos de odio y
resentimientos, el escritor e historiador Arturo Sosa, dice en su
obra: "Colonia y emancipación de
Venezuela"..cita…Las aspiraciones por la igualdad y la
lucha por ella se arraiga profundamente en toda la sociedad
colonial y crece proporcionalmente a la extensión del
proceso de mestizaje que convierte a los pardos en una clase
amplia y significativa en la vida económica del
país, de la misma manera en una sociedad esclavista con
las aspiraciones de libertad y los diferentes tipos de lucha para
lograrlo se presentan muy temprano y en forma muy
variadas…"De igual manera el autor expresa lo siguiente:
"…Los negros están de parte de los realistas porque
no pueden confiar en las promesas de quienes son sus amos,
igualmente la jerarquía eclesiástica y buena parte
del clero…"

En cuanto a la forma estructural de San Joaquín,
su punto de partida era la plaza o alameda como solía
llamarse, las solariegas casas era el refugio obligado de las
familias de abolengo y alta alcurnias residenciadas en la
población, cuyas casonas les permitían recibir
aquellas personas que consideraban eran importantes del resto
tenían, que solicitar audiencia para hablar con uno de los
señores, tampoco permitían que alguien en la calle
se le acercara hacerle algún planteamiento o buscarle
conversación y las damas eran por el mismo tenor, solo
tenían acceso a ellas las de su clase y las visitas eran
anticipadas con anticipación.

Las calles del pueblo eran solitarias, solo el canto de
un gallo o el ladrido de un perro eran los que de una forma
natural, perturbaban la siesta de los grandes señores y
ese silencio sepulcral se respetaba, la siesta, como
tradición y costumbre de la madre patria era una
institución, nada ni por nadie podía ser alterada,
so pena de sanción por parte de las autoridades y a
petición del gran señor.

En el pueblo no existía fuerza pública
porque los mismos habitantes eran los encargados de administrar
justicia aplicando las leyes a un infractor, en sí eran
prácticamente los alcaldes y corregidores, por lo general
esta administración de las leyes era dirigida a un esclavo
o un peón que había incurrido en alguna falta,
diferente, si un gran señor había cometido una
falta, entre los de su clase, le buscaban la solución y se
excusaban de la infracción cometida, al menos que fuera
por deudas en dinero o una afrenta moral, la cual dilucidaban de
acuerdo a la mancha de su honor.

A pesar de estas grandes brechas sociales, todos los
habitantes de la población estaban en conocimiento de las
encarnizadas luchas que se libraban entre patriotas y realistas,
según comentarios, eran verdaderas carnicerías, en
Caracas, oriente, los llanos etc. Y abrigaban la esperanza de que
ese fantasma de la guerra no hiciera acto de presencia en el
poblado, apacible por excelencia, pero a la vez estaban
convencido y hasta estrategias habían establecido por si
algún día la guerra se estacionaba en el pueblo,
esperaban así, que de sucederse, no pasará mas
allá de algunas escaramuzas y nunca verse envuelto en la
guerra total que era librada por los tres ejércitos
empeñados en esta contienda.

San Joaquín, como todo pueblo producto de la
conquista española y colonial no podía escapar a la
estructura de la sociedad y el mismo estaba conformado de la
siguiente manera:

*Clase de terratenientes y comerciantes, formados en su
mayoría por los blancos criollos y
peninsulares.

*Clase media formada por los llamados blancos de orilla,
pequeños comerciantes funcionarios de bajo nivel y pardos
propietarios.

*Clase trabajadora, formada por los jornaleros rurales y
urbanos, arrendatarios campesino.

*Clase esclava formada por los negros y mulatos en
condición esclava.

*Grupos marginales situados a diferentes niveles de la
escala social.

Referente a las actividades financieras el dinero que
los grandes señores ganaban o recibían, eran muy
bien guardadas y custodiadas en grandes vasijas de barro,
conocidas como botijuelas, cuando estaba completamente llena con
el dinero percibido, procedía a enterrarla en algún
sitio de la casa, cuenta la tradición que el gran
señor, seleccionaba a un esclavo de confianza o un
peón para que lo acompañara abrir el hueco donde
enterraría la botija, una vez colocada la botija en el
hueco procedía a matar al esclavo o peón y luego lo
enterraba con el funesto entierro. en el sitio sembraba una mata,
por lo general de taparas.

Se comentaba en los predios de la sociedad reinante, que
en el convento que existió diagonal a la plaza, era
vivienda de religiosas, el mismo se comunicaba con la casa
parroquial por debajo de la alameda a través de un
túnel secreto, cuya boca de entrada estaba en el altar
mayor, cuyo propósito era el facilitar el desplazamiento
secreto de los religiosos, a fin de protegerse por alguna
adversidad.

Así era el pueblo donde las personas
sabían quien era quien, para esa época contaba con
muy pocos habitantes a lo sumo unos dos mil aproximadamente,
incluyendo los peones y esclavos. Los niños que
crecían en la población tenían el cuidado de
una institutriz, la cual se encargaba de ellos con mucho celo y
gran responsabilidad, por lo general era una esclava, dentro de
sus obligaciones estaba enseñarlos a comer, leer y
escribir y todo lo que ellos iban a necesitar durante su vida y
poder desenvolverse en sociedad a la cual pertenecían,
así mismo gozaban de la protección de algunos
esclavos o ayas, las cuales con mano firme y bondadosa lograban
que ese niño se comportara cónsone con su edad,
muchas de estas ayas tenían que soportar las malacrianzas
de ellos, ya que era el señorcito de la casa, la gran
mayoría de estas ayas amamantaban a los niños
recién nacidos, a fin de evitar que la matrona sufriera
deformación de su busto o que sus actividades sociales se
vieran entorpecidas.

C A P I T U L O IV

Los tres
ejércitos 1814 y su concepción
estratégicas

"…Cajigal, quien trató de reasumir la
dirección de las operaciones y para lograrlo ordenó
a Boves incorporar sus fuerzas a las tropas regulares
españolas, ya listas para avanzar sobre la
capital…" "…He recobrado, -le contestó
insolentemente el llanero- las armas, las municiones y el honor
de las banderas españolas que vuestra excelencia
perdió en Carabobo…"

Venezuela, como se ha venido mencionando desde el
comienzo de la obra, se encontraba sumida en una guerra total,
esta contienda podría aseverarse que era una guerra entre
clases sociales, con ansias de ser libres de toda opresión
extranjera, el historiador Arturo Sosa manifiesta lo siguiente:
"…La guerra social tan temida por los caudillos y
peninsulares es un hecho, las fuerzas que siguen a los caudillos
populares que defienden la causa del rey representan anhelos de
libertad e igualdad que no se corresponden con los designios de
los otros sectores que defienden la causa…" (Venezuela y
emancipación op. cit. P. 36). El Decreto de Guerra a
muerte, buscaba fortalecer y reconstruir una republica criolla,
pero sus consecuencias eran el temor al polémico decreto
por parte del ciudadano común, el espíritu del
mismo no era bien conocido y cada quien lo interpretaba a su
forma y manera, aparte de estas interpretaciones, existía
el rumor y el toque personal de la inventiva criolla.

Se conocía por boca de muchos que habían
escapado o desertados de las filas realistas y patriotas, lo
encarnizado de los combates y a esto se sumaba el baño de
sangre por las ejecuciones llevadas a cabo, en aquellos que
habían caídos mal herido durante el combate o
escaramuzas, de igual manera a los que por desgracia caían
como prisioneros, a los cuales se les aplicaba la pena capital,
sin ningún tipo de contemplación, la
impresión que se tenia, era que el Decreto de Guerra a
Muerte. era para los dos bandos, era una sed de sangre,
exterminio y muerte eran las frases predilectas, en particular en
las hordas de Boves.

Estos actos barbáricos se sucedían a
diario, la pena capital era el horizonte de la guerra que se
libraba entre patriotas y relistas, a esta destrucción
humana había que agregar las muertes de ciudadanos civiles
que no estaban directamente involucrados en la contienda,
Venezuela, se estaba quedando desolada por causa de la cruenta
guerra, hogares y familias desaparecidas y uno que otro bando se
culpaban de ser los causantes de tan aberrante e inmoral
acción.

Al analizar la guerra de independencia y estudiar la
situación de Venezuela desde 1811 a 1814, se conocen tres
bandos armados y en pie de guerra, los cuales se disputan el
país, por supuesto que con diferentes razones, los bandos
señalados tenían una clara posición en
cuanto a la fratricida lucha que estaban librando, aun mas cuando
sus cuadros lo conformaban hombres con nacionalidades
heterogéneas, españoles, canarios, venezolanos,
colombianos, etc. En el ejército patriota, encontramos
hombres de diferentes latitudes, entre ellos se pueden
señalar, a MC Gregor, O ` Leary, Piar, Campo Elías,
Girardot, Farriar, Scoot, etc. Pudiéndose notar que el
ejercito realista se conformaba por llaneros y españoles,
siendo mayor el numero de efectivos venezolanos que extranjeros,
se menciona la conformación de los ejércitos que
estaban presente en territorio patrio con el propósito
fundamental de analizar cada uno de estos bandos empeñados
en esta lucha así como el objetivo estratégico de
cada uno de ellos.

El ejército patriota, tenía un objetivo
específico, lograr por medio de los combates, desarticular
y destruir al ejército realista, incluyendo al comandado
por Boves, así como justificar la guerra que estaba
librando en pro de la independencia.

Su concepción estratégica se limitaba a
dividir el país en tres zonas o áreas, el centro,
el occidente y el oriente, de tal manera, los jefes militares
patriotas, mantuvieran un control sobre el desplazamiento de los
realistas, por supuesto que con sus graves consecuencias para las
tropas del rey, parque en la medida fueran controlados aunado a
la división del terreno, estos iban perdiendo terreno, y
su evolución se les veía mermada, al ver
estrangulada su zona de desplazamiento.

En cuanto a su organización el ejército
venezolano estaba conformado de la siguiente manera: Venezolanos
y una mayoría considerable de colombianos así como
muchos españoles y canarios, simpatizantes de la
independencia del país, su orden de batalla la
constituían, tres batallones formaban una brigada y dos
brigadas una división, cada batallón se
componía de una compañía de granaderos, y
seis de fusileros de cien plazas cada uno, siendo el
batallón la unidad táctica , en la
caballería, tres escuadrones que formaban un regimiento y
cada escuadrón estaba compuesto de tres
compañías de cincuenta hombres cada una, se
podía notar la ausencia de la artillería, esta
organización del ejercito patriota, el cual no
sufrió variación alguna desde su nacimiento, era
una copia fiel y exacta del ejercito realista. Se puede aseverar
que a pesar de las interrupciones a todo lo largo de la vida
republicana de esta organización, el génesis del
ejercito actual, se encuentra en el ejercito que combatió
y logró la independencia de cinco naciones.

El ejército español tenía a su
favor un mejor armamento y su cuerpo de ejército lo
conformaban tanto españoles como venezolanos, a pesar, del
despliegue militar por parte de los patriotas, los realistas
mantenían un control muy cerrado en todo el país,
la misión del ejercito español era el exterminio
del ejercito patriota, su concepto estratégico era
doblegar la moral del enemigo con ataques sorpresivos,
emboscadas, ejecuciones etc. Y en el mejor momento dar el zarpazo
final, a la vez sacarle el mejor provecho al clero para que con
su verbo encendido, lograra que los ciudadanos le dieran la
espalda y no colaboraran con la causa independista y en
particular a los patriotas.

El ejército español, tenía la
siguiente organización táctica: las unidades de
infantería estaban organizadas en regimientos de dos
batallones, dos regimientos formaban una brigada, dos brigadas
formaban una división posteriormente suprimieron los
regimientos y quedaron únicamente los batallones y
divisiones, a esta ventaja se sumaba la
artillería.

Una de las fallas encontradas en el ejército
español, que confiaban mas en su disciplina que en su
arrojo y valor en los combates, la sorpresa les daba mas
confianza que en los ataques regulares y subestimaban el ejercito
patriota, al creer firmemente que el ejercito republicano no eran
capaces de actuar de acuerdo a los principios de la guerra, de
igual manera consideraban que el ejercito adversario no
tenían un concepto claro de la maniobra y el movimiento,
de todos modos los realistas sabían que el ejercito
patriota lo adornaban las virtudes del valor e
iniciativa.

Bolívar, un gran visionario, logró con su
polémico decreto de Guerra a Muerte, doblegar en cierta
forma la moral del enemigo, lo cual se manifestó con las
deserciones de sus filas, incluyendo a oficiales y soldados, en
particular aquellos que eran de nacionalidad venezolana, yendo a
ponerse a la orden del Libertador, lo que permitió el
fortalecimiento del ejercito patriota.

Estos dos ejércitos, el patriota y el realista,
tenían un problema común como era el divorcio entre
el poder político y el poder militar, siendo más
grave el de los patriotas por la disparidad de criterios entre
los comandantes militares dentro del ejército y las
regiones.

El otro ejército o cuerpo de guerreros que
hacía vida en el teatro de la guerra, era el del asturiano
José Tomas Boves, ejercito que se vanagloriaba de haber
vencido al ejercito patriota cuantas veces se encontraron en
particular, las dos batallas de la Puerta, Valencia, La Victoria,
San mateo, Calabozo, Villas de Cura y la última Urica, en
ésta ultima batalla, vencieron desde el punto de vista
táctico pero fueron derrotados estratégicamente,
los integrantes de su ejercito, era de esclavos y peones huidos
de las haciendas así como una cantidad de aventureros y
facinerosos que iban en busca de algún botín porque
nunca habían tenido nada y consideraban que ésta
era la gran oportunidad de hacerse de alguna riqueza, al igual
que a José Tomas Boves, a ellos no les interesaba luchar
por alguna causa real, sino por su bienestar personal, el
asturiano, nunca manifestó que su lucha o
participación en la guerra era por la causa real, sino su
consigna era el exterminio de la aristocracia, con su grito de
guerra de "mueran los mantuanos" si supo muy bien sacar el mejor
provecho del ejercito realista, con armas y pertrechos, los
realistas creían tener un aliado leal en José Tomas
Boves, algo que nunca se pudo descifrar, se caracterizaba este
guerrero por su carisma, personalista al extremo, con mucho
arrojo y valiente, nunca tuvo miedo y eso sirvió para que
sus subordinados confiaran y lo siguieran ciegamente, interesante
su liderazgo porque con sus acciones llegaba hasta el
último de sus hombres era para sus seguidores un Dios, al
extremo de llamarlo y se hizo conocer como el "taita."

José Tomas Boves, fue marino mercante, no tuvo
estudios militares, pero poseía la psicología e
inteligencia, que le permitía apreciar y sacarle el mejor
provecho a cualquier circunstancia y situación por muy
insignificante que fuera, supo desplegar y poner en practica sus
virtudes como líder, su arrojo, valentía y su
sangre fría, el codeo con sus hombres y soportar las
penurias y limitaciones que la guerra exigía, junto e
igual que a sus hombres, le permitió erigirse en
dueño absoluto de los llanos de Guarico y Apure, lo que le
permitió conformar el ejercito mas grande y poderoso que
haya pisado tierra venezolana, aproximadamente unos diez mil
hombres todos a caballos, fueron llamados como los lanceros de
Boves, su armamento clásico era una lanza de
aproximadamente tres metros de largo y una cuchilla amarrada con
cuero de ganado, este guerrero actuaba solo, no recibía ni
aceptaba ordenes de ningún jefe español y
llegó a autonombrarse "…Capitán General de
los Ejércitos Españoles…" Boves, se alejo de
todos, y convirtió el pueblo de Guayabal en su Cuartel
General, donde organizó su ejercito cuantas veces fue
necesario, el segundo en la línea de Comando era el
Coronel Francisco Tomas Morales, quien tuvo una pobre
actuación en la Batalla de Carabobo, por desavenencia con
el Mariscal de Campos Miguel de La torre.

Es de suponer que en sus planes de guerra, tenía
su propio concepto estratégico, hacer creer a los realista
que era partidario del Rey, y ayudaría a establecer una
monarquía en Venezuela, pero toda su intención se
limitaba a el exterminio del ejercito patriota y una vez logrado
su cometido y consolidada su posición como jefe militar
triunfador, reclamar sus derechos, e irse en contra del ejercito
realista e iniciar una guerra contra ellos y tomar el puesto de
Simón Bolívar, seguro que de lograr sus intenciones
su ejercito se hubiera fortalecido y hubiese sido invencible, se
puede aseverar que muchos patriotas habrían buscado sentar
plazas en su ejercito, es posible que si eso hubiera sucedido,
serian los bustos y estatuas de José Tomas Boves, que
adornarían nuestras plazas como el Libertador de
Venezuela, el ejercito del asturiano se caracterizaba en dar
repetidas carga con la mayor furia a lo mas denso de las filas
enemigas, hasta lograr poner en desorden la formación y
proceder luego a destrozar todo lo que tenían en torno
suyo con el empleo masivo de su caballería, el
símbolo de su ejercito a la que llamó "La
legión infernal" la conformaban tres banderolas, una negra
con una calavera descansando sobre dos huesos cruzados, una roja
que significaba sangre y la bandera española por ser el
nativo de España.

Con la desaparición del caudillo, en Urica el
año de 1814, gran cantidad de sus seguidores, con ansias
de libertad se pasaron al ejercito patriota y muchos fueron
laureados como héroes de la guerra, el caso del Coronel
Rondón, el Teniente Pedro Camejo (a)Negro primero y
así otros que fueron menos importantes pero también
engrosaron las filas patriotas, llenando hoy día las
paginas de nuestra historia patria, con la muerte de Boves, la
guerra dejó de ser populista, le permitió a el
pacificador Pablo Morillo reestructurar su ejercito, porque en
cierto modo el ejercito de Boves era una gran ayuda y
también un obstáculo para actuar de acuerdo a lo
establecido en tácticas militares. Los ejércitos de
boves y el ejército realista nunca se enfrentaron en
combate y es posible, siendo producto de la mente, lo que se va
exponer, que los mandos realistas estuvieron pensando de la misma
forma como pensaba Boves, o sea poner en práctica su
propio concepto estratégico, y poder sacarlo del escenario
político militar venezolano.

El Coronel (Ej.) ® Arturo Santana, hace un
comentario de la formación del llanero, razones por las
cuales eran excelentes
combatientes….CITA…"…En la caza o en el
campo, caballo y jinete parecen que obran por un solo impulso,
pues la sagacidad del primero, le hace comprender el mas leve
movimiento del segundo. Los llaneros tienen malos vestidos y
equipos, son valientes en las operaciones militares, son diestros
y activos, y ejecutan cualquier movimiento que se les mande con
asombrosa celeridad. Su única arma es la lanza, cuya asta,
hecha de madera ligera y elástica, pero fuerte y duradera
mide de nueve a doce pies de largo (2,50 a 3,50 mts). El hierro
de la lanza no es como el de la caballería europea, sino
que tiene la figura de una gran cuchilla cuyo corte son tan
afilados como el de una navaja de buena calidad, metal y temple.
Aseguran el hierro con correas de cueros, que se ciñen
fuertemente al asta desde el punto de encaje hasta ocho pulgadas
mas abajo. El llanero da a sus hijos, cuando son todavía
muy pequeños una lanza corta para acostumbrarlos a
manejarla, y antes de ser admitidos en las filas, es preciso que
estén bien instruidos en el uso de esta arma y que sepan
coger un caballo salvaje que nunca ha sido montado, y
después ponerle el grande y duro bocado que ellos usan,
salir al campo inmediatamente. Por lo tanto comienzan hacerse
jinetes desde el momento en que pueden tenerse sobre el caballo
de sus padres…"…FIN DE LA CITA…

C A P I T U L O V

El espanto ronda
a San Joaquín

"…En San Mateo en una de tales cargas, en las
que Boves combatió siempre en las primeras líneas
su caballo ATINOO cayo mortalmente herido, y cuentan las
crónicas que aquel hombre de hierro, impasible ante la
muerte de miles de seres humanos, desesperado de dolor se
abrazó al cuerpo agonizante del noble bruto y ante sus
hombres silenciosos lloró como un niño, luego
levantó el puño en dirección a las
trincheras enemigas y de sus labios brotó un terrible
juramento de venganza…"

El canto de un gallo anunciaba la llegada de un nuevo
día, los pocos perros callejeros ladraban a cualquier
persona que vieran, las esclavas se preparaban a barrer el solar,
otras en el pilón preparando el maíz pilado para
luego preparar la masa y confeccionar las arepas para el desayuno
de las familias, atizaban la leña en el fogón, la
limpieza de la casa era muy necesaria y el lavado de la ropa de
los señores y matrona era mandatario, con todos estos
quehaceres hogareños, la gente se olvidaba
momentáneamente los horrores de la guerra, todos los
días, los habitantes del pueblo esperaban una noticia que
les confortara y alegrara el nuevo amanecer que se iniciaba, pero
era todo lo contrario, las noticias y los comentarios llegados de
otras zonas geográficas sumían en el mas profundo
dolor a los sanjoaquineros, los cuales no veían futuro ni
salida a lo que se estaba viviendo.

San Joaquín, estaba atravesado por el camino
real, pueblo apacible y bucólico, parecía que era
indiferente a las luchas que se desarrollaban en todo el
territorio nacional, el mismo, con pocos habitantes, desde el
punto de vista geográfico no representaba un objetivo de
primer orden, solo era un pueblo mas en el escenario de la
guerra, como se mencionó, estaba en el eje del camino
real, su utilidad era el descanso y saborear las aguas para
tomar, provenientes del Río el Ereigue, para desmontar o
cambiar de cabalgadura, pero a decir verdad, como sitio
estratégico, no representaba nada, salvo las riquezas
representadas por las solariegas casonas que se unían a la
tranquilidad del pueblo.

Así empezaban los días en el pueblo y los
mismos transcurrían de una forma tranquila, cada quien en
sus obligaciones cuotidianas, las dos pulperías que
hacían vida en la comunidad, abrían sus puertas a
las seis de la mañana y se preparaban a satisfacer las
necesidades logística de las familias, llenando de
víveres y comestibles las cestas que el negro esclavo o la
negra esclava llevaban para la comida diaria, el sereno
hacía su recorrido de las pocas calles del poblado, las
cuales eran. Una principal y cuatro secundarias y ocho calles de
tierra que corrían de norte a sur, todas con sus faroles
que le daban una luz muy tenue al poblado, el combustible
utilizado era carburo con agua, ese olor penetrante era un aroma
a colonia, como se mencionó, el sereno procedía
apagar los faroles que en cada esquina estaban instalados, y a
las seis de la tarde iniciaba su diaria labor de encenderlos
nuevamente, e irse a dormir su trasnocho motivado a su trabajo,
los fieles, los feligreses, las beatas a el primer repique de
campana se apresuraban para ir a cumplir con el sagrado deber
espiritual, al iniciarse en las primeras horas de la
mañana esa procesión de fieles, era común
ver a las señoras de abolengo, mejor conocidas como las
mantuanas, luciendo sus atuendos de la época, con dos
esclavas de su extrema confianza, una entrada en años y
una jovencita adolescente, llamada "…la paga peo…"
cuyo nombre son por las razones anteriormente señaladas,
la esclava mas vieja tenía como misión darle
protección a la ama y efectuarle algunas diligencias en
caso tal las necesitara.

Muy significativo, que a pesar de estarse sucediendo una
cruenta guerra, las pocas actividades del pueblito, se
desarrollaban sin ningún contratiempo, lógico es
pensar que los habitantes de San Joaquín, vivían
permanentemente con el temor de ser el escenario de una batalla,
una escaramuza, o un combate, y el pueblo cuya
característica era la pasividad, se viese ensangrentado o
se llevaran algunos de los pocos jóvenes que quedaban en
el pueblo de una manera forzosa a los frentes de guerra, como
había sucedido en anteriores ocasiones, de igual forma
temían por las ejecuciones producto del Decreto de Guerra
a Muerte, el cual había sido puesto en práctica
tanto por los patriotas como por los realistas, ya que por
algún comentario infundado con mala intención a
muchos inocentes se les aplicó la pena capital,
fusilamiento o la horca.

Por el poblado atravesaba todo tipo de persona, unos que
huían de los sitios donde los combates eran mas recios,
otros porque habían desertado de las filas militares y
otros que buscaban refugio en algún sitio. El pueblo era
muy tranquilo y sus habitantes los caracterizaban la cordialidad,
tenían desconfianzas de las personas que llegaban de otros
sitios y eran desconocidas las razones por las cuales se
encontraban en el pueblo.

Un día normal durante la semana, se corrió
la voz, de que por los lados de la Hacienda Cura, y
específicamente los caminos que conducían a
ésta hacienda, se encontraban merodeando unos
desconocidos, se debía ser lo suficientemente prudente al
toparse con ellos, porque aparte de que andaban a caballo su
aspecto era deprimente, todos andrajosos y sucios, muchas
personas decían que eran nuevos peones de la hacienda,
otros comentaban que posiblemente , eran soldados que
habían desertados o huían después de la
derrota que le infringió Boves a los patriotas en la
batalla de la Puerta, ya que el ejercito republicano había
sido diezmado y perseguido hasta el exterminio por parte de las
hordas del asturiano. Otros mas osados en sus opiniones los
catalogaban como cuatreros y asaltantes de caminos, la pregunta
obligada, ¿por que no se dejaban ver y ni siquiera entre
ellos entablaban conversación? Las pocas personas que
tuvieron la oportunidad de verlos o toparse con ellos, los
describían con rostros de muy pocos amigos, quemados por
el sol, algunos usando alpargatas otros descalzos y la
clásica vestimenta del llanero, el sombrero de ala ancha
caída, que no permitía se le viera la cara, estos
comentarios lo efectuaban con la mayor prudencia y por lo general
en circulo de amigos muy íntimos o en los círculos
familiares.

Pasaron los días y la interrogante eran los
jinetes paseándose por toda la comarca de las plantaciones
de la hacienda Cura, ¿Quiénes son? ¿De donde
vienen? Eran las preguntas obligadas por parte de los temerosos
habitantes del poblado, el tiempo pasó y los jinetes
desconocidos ya no eran tomados en cuenta, nadie hablaba de
ellos, pero allí estaban, nadie los vio de frente, sino de
reojo, su apariencia era de crueldad, si se topaban con alguien,
les escondían la mirada o lo veían con ojos de
odio, si alguien los saludaba o les daba los buenos días o
buenas tarde, se quedaban con la palabra en la boca,
permanecían viendo a la persona de pies a cabeza como una
revisión o una evaluación, el número de
jinetes eran doce, con caballos muy bien cuidados y por
cabalgadura utilizaban un fuste con sus aperos y estribos
abierto, una cobija burrera, un rollo de soga, un pote mata
gusano y un machete del lado derecho, todos estos implementos
colgados del fuste y hacia el pico del fuste un porta
lanza.

Lo menos que esperaban las habitantes de San
Joaquín, es que un día muy temprano cuando se
realizaban los oficios religiosos, los jinetes hicieron acto de
presencia en el poblado, entrando por las calles principales,
distribuidos de la siguiente manera, cuatro por cada calle, una
vez que estos misteriosos jinetes recorrieron el pueblo de este a
oeste, se dirigieron a la plaza y se detuvieron al frente de la
iglesia, la pierna derecha la sacaron del estribo y colocaron la
rodilla sobre el pico del fuste, que servía de silla de
montar. En su alto frente a la iglesia estaban en una actitud
observadora, se fijaban mucho en las personas comunes y en
particular aquellas que venían de las solariegas casas,
también observaban el tipo de feligreses que
asistían a los servicios religiosos, la casa de alto
diagonal a la plaza o alameda, fue una de las tantas que les
llamó la atención, de igual manera todas las que
estaban a su alrededor, aparentemente se dieron cuenta de lo
tranquilo y lo apacible del poblado, un solo incidente
ocurrió con los jinetes, al frente de la plaza
había una pequeña pulpería y cuyo
dueño era un señor a quien por cariño lo
llamaban "el isleño", con muchos años de haber
llegado a esta población, muy apreciado por los habitantes
del pueblo, se dedicaba a vender los víveres normales,
aparte de eso, se podía comprar chicha, carato, guarapo
dulce, y otros dulces caseros como majaretes, conservas de coco,
igualmente cambures, plátanos. etc…

Los jinetes al percatarse del negocio, se acercaron con
intenciones de comprar algo, se desmontaron de sus caballos,
pidieron caratos, se desayunaron con cazabe y cambures, una vez
satisfecha sus demandas, uno de ellos preguntó cuanto
debían, el isleño, les informó cuanto
había sido lo consumido, uno de los negros que era bizco y
sin dentadura, que fungía como jefe del grupo, se
abrió paso entre el resto de los jinetes se acerco al
Isleño, y le informó que ellos lo que tenían
era hambre y no dinero para pagar, el isleño,
discutió con ellos y montó en cólera,
deseándole todo lo malo que les podía pasar,
amenazándolos de que si volvían les echaría
agua caliente, y los conminó a salir del negocio so pena
de arrepentimiento, los jinetes muy pasivos se montaron en sus
cabalgaduras alejándose lentamente del sitio, atrás
quedaba el celebre pulpero, sumido en la peor de sus rabietas,
antes de salir del pueblo, los jinetes se fueron haciendo zig-zag
a todo lo largo de las calles de la población en
dirección al este, con destino desconocido.

Pasó el tiempo y los misteriosos jinetes se
desaparecieron del pueblo, nadie mas comento algo relacionado con
ellos, quedaba el misterio, de quienes serían, solo el
isleño, que de paso tenía fama de tacaño, se
retorcía en su rabia, cada vez que le recordaban la mala
jugada que le hicieron los extraños forasteros.

Permanentemente, a el pueblo llegaban muchas personas
desconocidas, los habitantes se extrañaban de la afluencia
de tantas personas venidas de otros lares, con el correr del
tiempo, cuando nadie recordaba a los jinetes, un viajero que se
estacionó en el poblado por pocas horas, narró que
el vivió las mismas experiencias en el Socorro, ya que
esos visitantes extraños, integraban las hordas de Boves,
de igual manera manifestó que exactamente sucedió
en Villa de Cura, San Mateo, Turmero y otros pueblos mas, y que
no sería extraño que Boves estuviera preparando una
visita al pueblo, posteriormente se confirmó que los
forasteros eran parte del destacamento precursor del asturiano,
era costumbre pasearse por los pueblos para jalonar el terreno,
observar e informarse de la gente que allí habitaban
incluyendo a las actividades a la cual se dedicaban, esta
información tenía que ser muy precisa y completa,
para hacérsela llegar con todos los detalles a el Taita,
como era llamado por sus llaneros.

C A P I T U L O VI

Los tres
estandartes 1814

"…Un día en las proximidades de
Angostura, pasó revista a cuatro mil jinetes; Boves
montado en su caballo ATINOO, su soberbio caballo negro, el mayor
amor de este personaje semi bárbaro, arengó
aquellas hordas, que el mismo llamó "La legión
infernal" y les entrego una extraña bandera negra,
pendón de la muerte, según su grafica
expresión, una bandera roja, que significaba sangre y la
bandera de España…"

Las calles de San Joaquín se encontraban
solitarias con un sol abrasador, la tranquilidad de la tarde de
ese día, era algo normal en el pueblo, esa paz colonial,
permitía que la gran mayoría de los habitantes se
fueran a disfrutar de la siesta, como era habitual, otros a
cumplir con ciertas responsabilidades inherente a sus trabajos,
frisaba el mes de junio y el sol se mostraba inclemente, el olor
al café recién colado se esparcía por toda
la comarca en espera de que el señor y la señora de
la casa se levantaran de dormir la siesta.

Serían las tres de la tarde, cuando esa
tranquilidad sepulcral mencionada anteriormente, se vio
perturbada por una secuencias de repiques fúnebres que
procedían de las campanas de la iglesia,
¿Quién falleció? Era la pregunta obligada
..Ave María Purísima…que su alma descanse en
paz..Santa María gracias a Dios…eran las
letanías de las beatas y de los creyentes,
inexplicablemente este repique de campana cesó, y el
silencio se apoderó del pueblo nuevamente, al mismo
tiempo, por el camino real vía Valencia, entraban a el
poblado unos treinta hombres a caballos, identificándose
con un símbolo que aterraba, era algo tétrico, una
bandera negra con una calavera en el centro, o sea la
identificación de la muerte y otros portaban una bandera
roja como símbolo de la sangre, el asta era una puntiaguda
y cortante lanza de acero de aproximadamente tres metros de
largo, la madera dura y flexible, algunos de los jinetes llevaba
el fusil terciado a la banderola, o sea colocado en la espalda de
una forma diagonal, su vestimenta era muy escasa, un
pantalón bombacho, algunos sin camisas, otros con una
blusa que en un tiempo fue blanca, sucia y desteñida,
trancada hasta el cuello, algunos mostraban collares de colores
como una contra, no podía faltar las supersticiones del
negro, la gran mayoría usaban como tapa sol sombreros de
palma o cogollo, era común los pañuelos rojos
amarrado a la cabeza, como a la usanza de los piratas, calzaban
alpargatas y cotizas de trapo, algunos mostraban orgullosos
uniformes e insignias militares y correajes que habían
obtenido como botín de guerra de los patriotas, en el
descalabros sufrido por los republicanos en la Batalla de la
Puerta, y de otros sitios donde habían despedazado a las
tropas patriotas.

Era una montonera, con una presencia deprimente, al
frente iba un jinete bien apertrechado, que fungía como
corneta de orden del grupo, el cual no dejaba de tocar a todo
pulmón, con toques militares, dando la impresión de
que estuviese dando ordenes para iniciar un ataque al
enemigo.

El aspecto individual era deprimente, con la ropa sucia
y rota, quemados por el sol, algunos con la cabalgadura y unos
aperos careciendo en sí de una silla para montar se
podía ver las pócimas mata gusanos elaboradas por
ellos mismos y no podía faltar la cobija burrera en el
anca del caballo así como un rollo de soga a ambos lados,
un bozal por freno, del fuste salían unas correas de cuero
que sujetaban una vaina hecha de cuero de res y alojaba un
machete puntiagudo y otros de palma ancha muy bien afilados por
ambos lados. En cuanto a las bestias se notaba que le dispensaban
un cuidado especial, algunos con las crines tejidas en forma de
crinejas, otros la tenían cortada al rape lo mismo la
cola, algunos caballos usaban casquillos, cuyo paso por las
calles a pesar de ser de tierra y piedra producían un
ruido como de un hierro suelto.

Como se mencionó anteriormente los jinetes
presentaban una apariencia desastrosa, pero la destreza y su
forma de montar los presentaba como hombres duchos en ésta
profesión, su aspecto era de hombres duros y recios,
producto de las mas fuertes tareas del llano, la compasión
y la bondad en ellos brillaba por su ausencia, cuando hicieron su
entrada al pueblo, el cortejo parecía una procesión
de diablos personificados, muchos de ellos durante su
desplazamiento a lo largo de la calle real, dejaron su huella de
chimó que venían masticando a través de un
escupitazo en cualquier sitio de la calle.

La maleficencia se les notaba en el rostro los cuales no
inspiraban una pizca de confianza, su mirada era de odio y
desprecio, otros, con mirada socarrona como si la vida de los
sanjoaquineros no valiera nada para ellos.

Junto con estos extraños actores que llegaron al
pueblo, también llegó el miedo y el terror,
así como la angustia e incertidumbre los cuales se
apoderaron de los habitantes del pueblo.

El dispositivo para el desplazamiento a través de
la población, fue muy bien planificado por parte de los
extraños e indeseables visitantes, lo efectuaron en
pequeñas oleadas, el jinete con la corneta o clarín
no cesaba de interpretar las notas militares, las cuales
penetraban a través de las ventanas a las solariegas
casas, su distribución era de tres en tres, con el jinete
del clarín iniciando la marcha siendo la distancia era de
unos cien metros aproximadamente entre grupo y grupo, este
dispositivo les permitía controlar a todo lo largo y ancho
el área que cubría el pueblo, a el paso de estos
jinetes muchas o la mayoría de las familias cerraron los
portones de la casa, actitud que no les agradó a los
soldados, los curiosos a través de las romanillas
instaladas en las ventanas, husmeaban a los extraños
visitantes, …¿Qué deseaban conocer?…sus
rostros, sus vestimenta y todo cuanto les llamara la
atención de esas personas, el propósito de muchos
curiosos era tener el patrimonio de un argumento, para alimentar
los comentarios que saldrían a flote, una vez que se
retiraran del pueblo, algunos de los jinetes se daban cuenta que
los estaban observando y bastaba con que le devolvieran la mirada
hacia la romanilla para que la curiosidad llegara a su
fin.

Partes: 1, 2, 3, 4
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